21 de Junio de 2018. Declaraciones del ILEC Argentina en la sede de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, por el centenario de la Reforma Universitaria.
El Instituto Laico de Estudios Contemporáneos de Argentina participará del acto por los cien años de la Reforma Universitaria que se realizará en la sede de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, porque sería de una incoherencia absoluta, autoproclamarnos defensores de un Estado laico y una cultura laica; y desconocer tanto el proceso político que nos convoca, como así también a la organización que lleva a cabo dicha convocatoria.
La Reforma Universitaria vino a concluir con la misión política de la Ley 1420 y la Ley Lainez. Educación pública, laica y gratuita para todas las personas que habitan la República.
La Reforma Universitaria vino a terminar con las discusiones fuera de época. Fue el grito laico de la última casa de altos estudios de la Argentina, que se había divorciado de su tiempo. Que se había quedado en la deformación que el clericalismo y el sistema colonial de la cristiandad habían ejecutado contra la identidad de la Universidad. Porque la Universidad surge en París por el éxodo de estudiantes, y de docentes sin licencia docente; cansados del dogma y de la enseñanza acientífica. Y eso es lo que se reedita en Córdoba.
Apoyados por la comunidad universitaria de la UBA y la UNLP; y dando el empuje necesario para nazca la UNL; los reformistas de 1918 vienen a romper las últimas cadenas que detienen la total independencia americana. Vienen a hacerle recordar al mundo que la Universidad nació como un cuestionamiento a los paradigmas y los dogmas del pasado y del presente. Y que nació para cumplir con la obra del mítico Prometeo, sacar el conocimiento de la exclusividad del claustro y llevarlo a todas las personas de carne y hueso. Un conocimiento para la libertad. Un conocimiento para la igualdad.
Luego del estallido de Córdoba, el 12 de Octubre de 1918 el presidente Hipólito Yrigoyen firmó el decreto por medio del cual se cumplían con las demandas reformistas. Firmó el decreto porque el Senado conservador no iba a aprobar una ley que diera lugar a ese reformismo. Y en 1920, el mismo Yrigoyen negó el reconocimiento oficial a los títulos otorgados por la Universidad Católica de Buenos Aires (que se había fundado en 1910), la que terminó cerrando sus puertas. Así se concluyó por instaurar una educación universitaria únicamente pública, laica y gratuita en Argentina.
La Reforma es un proceso.
A lo largo del siglo pasado este proceso reformista tuvo dos adversarios implacables. El clericalismo, que durante el siglo XX y hasta la década del ’60 vino trayendo bajo el brazo al corporativismo de Estado. Y también, a la mejor socia de ese clericalismo: la dictadura.
En las décadas del corporativismo de Estado, la educación pública sufrió las consecuencias. En 1943 se deroga la Ley 1420 y comienza a dictarse educación religiosa en escuelas públicas en horario de clases. Este decreto se confirma el 29 de abril de 1947 cuando se sanciona la Ley 12.978. Además de despedirse a docentes por antirreligiosos y antipatriotas; se aprueba la Ley 13.047 por la que comienza la subvención a los colegios privados, en su mayoría católicos. También en 1947 se promulgó la Ley 13.031 mediante la cual las universidades son intervenidas, perdiendo su autonomía; y se prohíbe la participación política de los estudiantes bajo penas de expulsión y arrestos. La lucha del movimiento estudiantil, la lucha del reformismo, hizo que en 1954 se apresara a más de doscientos estudiantes, muchos de los cuales pasaron más de seis meses en prisión.
En 1956 el dictador Aramburu firma el Decreto 6403, que en su artículo 28 posibilita la creación de las universidades privadas en el país. Todo ello por recomendación del Ministro de educación Atilio Dell’ Oro Maiani, un nacionalista católico nombrado por otro dictador, Lonardi. El movimiento estudiantil reaccionó en lucha, y el ministro terminó renunciando.
Entre los años 1958 y 1959 el clericalismo logra un objetivo en democracia. El Presidente Frondizi decidió avanzar en la reglamentación del artículo 28 del Decreto de Aramburu, y estalla el debate “laica o libre” en el país. En la Capital argentina, el propio hermano del Presidente de la Nación, el profesor Risieri Frondizi, encabezaba la resistencia del lado Reformista. Mientras que el clericalismo hizo lo de siempre, movilizó a la plaza del Congreso a Monjas, Clérigos y alumnos de colegios católicos. En febrero de 1959 la ley fue reglamentada y nace la Inspección General de Enseñanza Universitaria Privada. Para esto ya se había fundado la Universidad Católica de Córdoba; poco después la de Santa Fe; y en noviembre la de Buenos Aires. Estas universidades católicas forman en 1962 el Consejo de Rectores de Universidades Privadas. En 1962 nace la UADE y en 1963 la Universidad de Belgrano.
La última intentona de corporativismo de Estado, aquella que vino de la mano de Onganía y que la lucha de obreros y universitarios hizo caer también en Córdoba, la que estalló al año siguiente del Mayo Francés; esa dictadura volvió a arremeter contra el Reformismo. La Noche de los Bastones Largos y el éxodo de los científicos y docentes universitarios dejaron una herida indeleble.
A finales del siglo XX, tuvo otro adversario de apariencia más totalizante, el neoliberalismo. Neoliberalismo y clericalismo se hicieron socios en el Congreso Pedagógico Nacional que finalizó en 1987; y sus conclusiones sirvieron de base doctrinaria para las reformas en materia educativa, que aun hoy sufrimos. La fragmentación del sistema. La desfinanciación. La intromisión de la educación religiosa en las escuelas públicas en horario de clases. La subsidiariedad del Estado. La consecuencia más directa con la Universidad, es la falta de elementos con los que egresan muchas de las personas que llegan a la Universidad y no cumplen el objetivo de completar sus estudios. El problema no está en la Universidad Pública, Laica y Gratuita. El problema surge de las consecuencias que en los niveles básico y medio dejaron las reformas del clericalismo de los años ’90.
En medio de aquellas embestidas, el movimiento estudiantil logró frenar el arancelamiento de la Universidad Pública. Al respecto debemos decirlo; la única vez que una Universidad Pública fue arancelada en Argentina, fue la Universidad de Buenos Aires durante el gobierno de Rosas. ¿A esa época nos quieren llevar los que con sus fórmulas mágicas de libre mercado destruyeron la educación básica y media en el país?
La Universidad Pública; Laica; Gratuita; Co-gobernada; con acceso al cargo docente por concurso de antecedentes y oposición; con periodicidad en el cargo docente; con investigación; con extensión universitaria; es patrimonio argentino; y forma parte de nuestra identidad cultural.
La Universidad Pública argentina fue, y es, garantía de movilidad social ascendente.
La Reforma no fue un proceso. La Reforma es un proceso. Y el Reformismo se convirtió en una identidad política. Los actos que conmemoran los sucesos de 1918 no festejan una efeméride. Ratifican un compromiso político.
Manuel S. Ochandio
Presidente
ILEC- Argentina.