2018

Declaraciones de los Obispos católicos desde los púlpitos

El 12 de Junio de 2018 publicamos una nota acerca de las declaraciones de los obispos católicos desde los púlpitos acerca de la interrupción voluntaria del embarazo.-

Frente al progreso, el púlpito: esa ‘tribuna’ que atrasa.
Por Lisandro Gómez. (Miembro de ILEC-Argentina. Abogado UBA. Docente Universitario).

Todo Estado democrático elije –procedimientos más, procedimientos menos- a sus representantes, quienes a través de ésta legitimación, ejercen el mandato soberano de los ciudadanos, en el seno del gobierno. Aunque no siempre los canales de participación política suelen ser legítimos y en Argentina, parecemos olvidar una constante: la acción clerical.

En un nuevo aniversario de aquella procesión de ‘Corpus Christi’ que finalizó con el reemplazo de la insignia patria por la bandera amarilla y blanca, propia de un Estado extranjero, o con la ruptura de las estatuas de Sarmiento y Alberdi –por resultar los abanderados del laicismo-, más la afrenta contra varios medios de comunicación y días más tarde, con la imagen penosa de los aviones de la Marina, bombardeando el centro neurálgico de nuestro país, todo vuelve a la memoria.

Como sin recordarlo, nuevamente parte de la sociedad se presta a oír las voces de aquellos que desde una falsa tribuna política e ilegítima, presionan y condicionan la toma de decisiones en el ámbito público: en ofrendas o tedeums, no se deja un segundo librado al azar con el fin de reconstruir el relato de la ‘Nación Católica’.

El marco actual de éste nuevo ‘relato’, que en literatura podríamos considerarlo propio del género fantástico -además de conservador y católico- está dado por el debate en torno de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, que luego de siete intentos de conseguir estado parlamentario –donde el lobby de la iglesia marcó la agenda legislativa-, logra llegar al recinto poniendo de lleno la problemática de los abortos clandestinos sobre tablas, a nada menos que 97 años de la sanción de la legislación –deficiente- vigente sobre el tema.

Las acciones clericales en ésta oportunidad, son una fotografía de cada uno de aquellos sucesos en los que el clero, sintió el temblor del progreso en lo más profundo de sus privilegios, dibujando una constante a lo largo de la historia Argentina, incluso antes de que nuestro país fuera un Estado soberano: las posiciones pro-monárquicas en la etapa revolucionaria; las homilías antiliberales durante la gobernación de Rosas; la oposición a la creación de los registros civiles y de la laicización de la educación hacia fines de s.XIX; la ardua reacción frente a los espacios académicos reclamados por el estudiantado durante de la Reforma Universitaria de 1918; la legitimación de la ruptura institucional en los años ’30; la bendición de los aviones que masacraron la Plaza de Mayo luego de la procesión mencionada; la expiación de los asesinatos cometidos por los dictadores de los ’70; la férrea militancia en contra de la ley de divorcio vincular; la demonización de los derechos del colectivo LGBTI; etcétera, etcétera, etcétera… siempre desde el púlpito, pregonando el terror en una sociedad sumisa y beata, que mira los pisos de blanco mármol pagados con el erario público, o de humildes baldosas donadas por ellos mismos, mientras los ‘agentes de sotana’ amenazan con el apocalipsis de sus valores morales -¿o será en realidad, el fin de sus beneficios?

¿Cuánto más hay que soportar las campañas del miedo de éstos sectores?¿Cuantos sumisos debemos escuchar en pos del atraso social?¿Cuantos monos mojigatos expondrán sus falacias, en pos de un perdón ‘divino’ que los redima su hipocresía?¿Cuantos hombres ricos, doctos y canosos, hablarán desde sus anquilosadas cátedras, sobre los problemas de mujeres jóvenes y humildes que mueren día a día bajo sus abigotadas narices?

¡Silencio!
¡Escuchad el avance del progreso! Ese mismo progreso al que se oponen por el sólo hecho del miedo que genera en sus instituciones de oro, vacías de igualdad y llenas de odio hacia lo diferente.
 
Hoy, el progreso lucha y es mujer. Ella hecha carne, marcha y avanza como una marea… y mañana habrá otra razón para avanzar.
¡Temblad, esbirros de sotana! porque podrán crear mil demonios y pregonar desde lo más alto de los cielos, adoctrinando sumisos y predicando la mentira… pero el progreso, progresa, camina, marcha y nunca jamás, podrán quitarlo de las calles.
Porque en las calles, no existen púlpitos.

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